La evaluación formativa llegó para quedarse y con ella, la retroalimentación. Sin esta última, todo proceso evaluativo que realicemos en nuestras aula no será efectiva, pues ¿de qué sirve recopilar evidencias sobre el avance pedagógico de nuestros estudiantes si no se lo comunicamos de una manera clara, directa, asertiva, emocional y ordenada? A continuación te presentamos un nuevo instrumento que cumple con todas las condiciones anteriores para entregar una retroalimentación de calidad; La escalera de la retroalimentación.

La escalera de la retroalimentación es un instrumento de evaluación formativa que sirve para estructurar y guiar la retroalimentación con 4 peldaños, cada uno con una pregunta orientadora que regulará la forma en que se entrega la información al receptor de la retroalimentación.

Al igual que “Dos estrellas y un deseo”, la escalera de la retroalimentación sirve para diversos contextos educativos, no sólo presencial y desde el docente al estudiante, sino que se acomoda a la modalidad asincrónica, a la autoevaluación y a la evaluación entre pares.

La escalera de la retroalimentación se estructura de la siguiente manera:

Cada peldaño de la escalera es una acción que va ligada a una afirmación que se debe completar, facilitando el proceso de retroalimentación en el cual se verán envueltos los diferentes actores educativos.

Es importante utilizar este instrumento de evaluación con y para los estudiantes, pues “el efecto de la evaluación para el aprendizaje consiste en que los alumnos se mantengan aprendiendo y permanezcan confiados en que ellos pueden continuar aprendiendo productivamente” (Moreno-Olivos, 2010, pp. 90).

Para finalizar, es preciso recalcar que la utilización de la escalera de la retroalimentación será fundamental para estructurar la información de la evaluación formativa, ya que una de sus falencias es la sistematización de la gran cantidad de información que produce. Por esto los invitamos a compartir experiencias docentes sobre evaluación para acercar aún más a nuestras realidades un proceso que muchas veces se ve distante, pero es más común de lo que pensamos.

Bibliografía:

Alcaraz Salarirche, N. (2015). Aproximación histórica a la evaluación educativa: de la generación de la medición a la generación ecléctica. Revista iberoamericana de evaluación educativa, 8 (1), pp. 11-25.

Escudero Escorza, T. (2003). Desde los tests hasta la investigación evaluativa actual. Un siglo, el XX, de intenso desarrollo de la evaluación en educación. Relieve, 9 (1), pp. 11-43.

Moreno-Olivos, T. (2010). Lo bueno, lo malo y lo feo: las muchas caras de la evaluación. Revista Iberoamericana de Educación Superior, 1 (2), pp. 84-97.